viernes, 3 de mayo de 2013

Tarta de célula



Me ha llevado mucho trabajo diseñar y hacer esta tarta, aunque es posible que al verla muchos penséis lo mismo que dijo mi pareja cuando la vio: que bonita… pero no la entiendo. Y es que es cierto, porque quien no haya estudiado por ciencias (e incluso no todos) es posible que vea un diseño abstracto más que una bonita célula animal.


Porque es eso: la reproducción (más o menos) exacta con todas sus partes. Quizá lo más destacable sea el contorno con su bicapa lipídica y sus proteínas, tanto de canal, como bombas de transporte. Y por eso he hecho una tarta tan alta, ya que quería espacio suficiente para que esta estructura destacara en el conjunto. Claro está que tiene truco: hay una base de cartón incorporada al conjunto y tapada por el fondant. De esta manera, además de sumarle altura, también pude conseguir dejar los bordes rectos a mi gusto.


Y como sabía que todo esto iba a ser complicado, hice una inversión que creo que ya tengo rentabilidad: la pistola de extrusión de fondant. Para mí ha sido toda una ayuda, y sin ella me hubiera llevado mil años hacer todos los “churritos”, además de que no me hubiera quedado iguales. Y ya que estábamos en ello, también la usé para el interior de la célula. Todas las estructuras internas (núcleo, aparato de Golgi, lisosomas...) están sacados con el extrusor y luego aplanados. Lo más difícil de todo eso ha sido la elección


Uno de los puntos más difíciles que tuve que afrontar fueron los colores. Lo cierto es que es complicado elegir los tonos para las estructuras sin que al final parezca un bazar chino con tanto colorido. Creo que el resultado final en esos tonos crema (y algún que otro brillante naranja) ha sido un acierto y no carga a la vista.


Lo más importante: el interior. Es la misma receta de chocolate que había usado para la tarta de las Monster High, pero en esta ocasión con un relleno de fresa, a petición de mi hermana que era la que se la iba a comer. Y la verdad es que estoy muy contenta con el resultado y a ella le ha gustado mucho. Aunque la próxima vez enfocaré el aparato de Golgi con la salida del retículo endoplasmático rugoso… cosas que pasan J

Y os prometo que en unos días habrá nuevas recetas, porque tengo esto demasiado abandonado. Además, estoy pensando en introducir algunas secciones interesantes en el blog que me permitirán estar más presente.

jueves, 25 de abril de 2013

Galletas para Saint Jordi


Como siempre voy con retraso, y de todas las fiestas de celebrar os enseño las cosas varios días después. En este caso no podía adelantarme mucho, porque fue una sorpresa para quien recibía estas galletas. Quizá alguna vez lo haya dicho, pero también tengo un blog de literatura con el que llevo ya varios años. Este año me apunte a una iniciativa de tipo amigo invisible, de modo que por Saint Jordi debía enviarle un libro y una rosa.


Como os podéis imaginar no me fue difícil decidir que las rosas serian dulces y en forma de galleta. El diseño es muy sencillo porque lo cierto es la decoración con glasa no es mi fuerte, pero poco a poco voy haciendo cosas interesantes. Y el efecto que hacen así todas juntas sobre el expositor es muy primaveral.

Las galletas son de vainilla con un toque de almendras, según la receta de Karen Cookies que llevo usando ya un tiempo y para mi es la mejor hasta ahora. La glasa es de vainilla, pero esta vez quise hacer un “experimento” con ella y probar la versión (también) de Karen que usa albumina (que no claras) e incorpora un poco de grasa para darle otra textura…


Resultado: Un textura mas de tipo buttercream muy fácil de manejar en la manga pastelera, pero que hay que diluir mucho para hacer una glasa que cubra. El tiempo de secado es mucho mayor y el interior no llega a estar duro nunca, lo que puede ser interesante si vamos a cubrir con mucha glasa, pero que de cara al transporte o manipulación es un inconveniente porque pasan cosas como estas:


La decoración es frágil porque ya veis lo que sucede cuando por error te cae una de la mano e impacta sobre otra. Y en este momento ya llevaba más de 12 horas de secado. Yo personalmente, me vuelvo a la glasa de toda la vida. Eso sí, desde que descubrí la albumina en polvo no me volveréis a ver comprar claras pasteurizadas para hacer la decoración.

Y de momento eso es todo por hoy. Espero tener tiempo este fin de semana para actualizar un poco y poneros un bizcocho interesante o un pate de fiesta, ya que es el cumpleaños de mi hermana y aun estoy terminando la tarta. ¡Pero va a ser tan freak! Os la enseñaré en detalle la semana que viene...

miércoles, 3 de abril de 2013

Receta: Brócoli rebozado con tapenade


El otro día os enseñaba una tarta estupenda que había hecho para un cumpleaños. Y al echar la vista atrás, me di cuenta de que llevaba varias recetas dulces seguidas. Pero yo no me había planteado el blog de esta manera, así que hoy me toca enseñaros una receta salada, que es de mis favoritas.

  
Creo que no os lo he contado hasta ahora, pero tuve una época en la que apenas comía carne. No fue cuestión de ideales, ni de régimen. Simplemente me daba mucho asco comerla y es por eso por lo que tengo un gran repertorio de recetas de verduras. Ésta en concreto la incorporé a mi catalogo bastante después de aquello, pero la disfruto tanto como en esa época… Además, es fácil y se puede dejar casi lista con tiempo de antelación, para llegar y terminarla cuando se vaya a comer

Ingredientes:

Una pieza de brócoli
Huevo y harina para rebozar
Aceite para freír (y un chorrito en el agua)
Una bolsa de aceitunas con hueso
Dos o tres anchoas

Preparación:

Primero poner a hervir agua en una olla con abundante sal y un chorrito de aceite.
Cortar y lavar el brócoli en trozos relativamente grandes. Introducirlos en la olla cuando el agua este hirviendo.
Dejar cocer el brócoli hasta el punto deseado, sin pasarlo demasiado, y retirar el agua de cocción.

Poner a calentar aceite abundante en una sartén para freír
Con cuidado, tomar cada trozo de brócoli y pasarlo por una fina capa de harina y luego huevo. Pasar al aceite y dorar el rebozado.
Retirar el brócoli a un plato con papel absorbente.

Por otro lado hay que hacer el tapenade. Para ello se pelan las aceitunas (retirando los huesos) y se sitúa la “carne” en el vaso de la batidora. Poner dos o tres anchoas y triturar hasta obtener una pasta tipo paté.

Servir el brócoli en un plato junto con un poco de tapenade, y dejar el resto en un bol para repetir.


Notas

Aseguraros que los trozos sean grandes porque tiende a deshacerse en la cocción, sobre todo si ya no es época de brócoli y empieza a florecer (cuando empiezan a verse zonas blancas en las puntas). Tardarán algo más en cocer, pero los necesitamos enteros para poder rebozarlos.

No deben cocerse demasiado, sino casi dejarlos un poquito al dente, porque luego se deshace todo cuando enfría un poco. Pensad que mas tarde va a recibir más calor en la sartén (no mucho, pero si algo) y así quedará en el punto justo.

Es mejor utilizar las aceitunas que vienen en bolsas de plástico. El método de envasado a mi me influye mucho en el sabor, y tienen más intensidad las de bolsa. También pueden ser sin hueso, pero la mayoría vienen con sabor anchoa, y además no saben igual. Es un poco más laborioso retirar los huesos, pero merece la pena.

Las anchoas deben notarse en el tapenade, pero no enmascarar el sabor. Lo mejor es probar y valorar si añadimos o no otra más. Eso dependerá de la calidad y tamaño de las mismas. Hay veces que si son un poco malas, puedo llegar a echar 4.

Se puede variar entre aceitunas verdes y negras, y también cambiar el brócoli por coliflor o incluso romanesco.


viernes, 29 de marzo de 2013

Tarta Monster High para el cumpleaños de Emma



Lo cierto es que me gusta hacer tartas, mucho más que cupcakes o cualquier otra cosa. Aunque lleve más tiempo y trabajo, al final se ve compensado con todos los detalles que se pueden conseguir. Pero tengo que reconocer que cuando me pidieron que la tarta fuera de las Monter High, no me hizo demasiada ilusión.

Mas difícil es el encargo cuando te piden que sean de esas muñecas, pero no saben cuál es su preferida. ¡Mejor! Fue lo primero que pensé… porque las forma humanoides no son lo mío, y no quería destrozarle la ilusión a la niña. Así que me decanté por un diseño más sencillo pero a la vez vistoso.


En cuanto a los sabores, lo tenía bastante claro: Chocolate y vainilla, más de lo primero que de lo segundo. Vamos, que el bizcocho es de chocolate y va relleno de buttercream de vainilla. Y es que tampoco quería experimentos raros para una niña que cumple 10 años. Como no me han mandado fotos, no puedo señaros el corte, aunque espero poder enseñaros el interior de alguna cuando haga la de mi hermana a finales de abril.

Así que en apenas una tarde conseguí terminar el diseño con los colores de estas muñecas tan famosas: fondo rosa y cerrado con lazo de tela negro; lateral con rombos negros unidos por mini flores lilas; coronada con el logo de las Monster (el lazo en 3D); y los datos de la niña en el frontal.


Lo cierto es que estoy orgullosa de cómo ha quedado, sobre todo para tener tan limitado el espacio en una tarta de 15 cm de diámetro. Eso sí, sus 8 raciones abundantes, porque el bizcocho subió tanto que casi medía 10 cm de altura. Espero tener la oportunidad de repetir para otro cumpleaños y seguir pensando diseños intersantes.